Curiosa historia del vino que alegró al Rey Sol y dio la vuelta al mundo en las naves de Magallanes.
Hoy en este Rincón de la Historia vamos a hablar del Fondillón. Todo empezó hace unas semanas cuando me correspondió formar parte de un tribunal para cubrir unas plazas de Profesor de Universidad. La cosa se anunciaba larga y así fue. Seis compañeros, y yo mismo, pasamos tres semanas escuchando los ejercicios de los candidatos y debatiendo con ellos y entre nosotros en busca de los cuatro más adecuados, a nuestro leal entender, para ganar las cuatro habilitaciones para Catedrático de Universidad que estaban en juego.
Los días se sucedían más o menos con la misma rutina, ejercicios y debates por la mañana, pausa para comer, ejercicios y debates hasta altas horas de la tarde, cuando se nos ocurrió que podíamos aprovechar la circunstancia de que nos habíamos juntado gentes de varias esquinas de España, y que si cada uno traía un par de vinos de su tierra nativa o de adopción podíamos hacernos un pequeño viaje enológico que sin duda haría la cosa más amena, contando siempre por supuesto con la moderación obligada por la ocasión y por compartir entre siete una botella de buen vino.
Y así lo hicimos y por nuestra mesa pasaron entre otros Ribeiros y Albariños, Riojas y Ruedas, Riberas del Duero, Toros y Montillas. Todo un desfile de denominaciones de origen, y todos espléndidos vinos, aunque todavía sigo viendo como un destello la imagen de un Protos Gran Reserva de 1994 que nos bebimos casi sin creérnoslo y yo al menos con una cierta reverencia, casi casi religiosa.
Pero hubo otro vino que me llamó especialmente la atención. Lo trajo un colega de Alicante, o quizás fuese de Castellón que para todo había opiniones. Era el que da nombre a este artículo, el Fondillón, y recuerdo que cuando mi colega me enseñaba la botella me decía: éste es un vino con historia amigo, el primer vino que dio la vuelta al mundo porque fue el que se llevó Magallanes en su viaje a petición de sus marineros.
Fernado de Magallanes, explorador portugués que inició el primer visje de vuelta al mundo
Este comentario hizo encenderse mi alarma para las cosas curiosas, y ahí se quedó encendida hasta que he ido teniendo tiempo para ponerme a bucear en busca de noticias sobre el mítico fondillón, sobre un vino con tanta historia que se permitió el lujo de ser el primero en dar la vuelta al mundo.
¿Qué es el fondillón?
Cuadro del pintor Ramón Molina representando el casco antiguo de Monóvar
El fondillón es un vino, un vino de Alicante que se produce sobre todo en las zonas de Monóvar y La Algueña. Se trata de un vino con personalidad, de un vino rancio elaborado con uvas de la variedad Monastrell, sobremaduradas en la cepa y envejecido durante 10 o más años en toneles de roble.
La uva Monastrell, con la que se elabora el Fondillón
La fermentación es producida exclusivamente por levaduras autóctonas y todo el alcohol que contiene, hasta 18º, es natural. La Monastrell es una variedad de brotación tardía que necesita suelos calizos, bien drenados y de cierta profundidad. Es, pues, en todos los sentidos, una uva muy mediterránea.
El fondillón es difícil y largo de producir y parte de esta dificultad se debe a razones históricas, en concreto al arrendamiento de tierras en régimen de enfiteusis, que consiste en que la cesión de la tierra se mantiene mientas queden cepas originales en la parcela. Con el paso del tiempo las cepas envejecen y dan menos uva, pero el campesino las mantiene contra viento y marea porque es la forma de asegurarse el acceso a la tierra. Como las cepas daban pocas uvas, pocas y difíciles de recoger, la vendimia se dejaba para el final y la realizaba la propia familia cuando quedaba más desahogada de trabajo, por lo que las uvas se pasaban de maduración. Esta uvas sobremaduradas, casi pasificadas, se ponían todavía unos días al sol sobre esteras de esparto para disminuir la humedad y concentrar los azúcares. Por esta razón no eran raros fondillones con 20º o incluso más.
Son vinos que recuerdan a otros vinos rancios como los Oportos Tawnys viejos, Madeiras, Marsalas, o los Palos Cortados, Olorosos y Amontillados de Andalucía. El Fondillón es “un vino de color oro viejo con matiz rojizo y apagado con tonos teja, aroma potente, con notas tostadas y madera, que en boca ofrece un dulce post-gusto agradablemente untuoso”. Ahí es nada el señor Fondillón.
Un vino con historia
Parece que fue el Almirante Julio Guillén Tato quien señaló que este vino fue de los primeros en dar la vuelta al mundo, acompañando a Fernando de Magallanes en su viaje. Hay que suponer que Magallanes eligió este vino porque les gustaba a marineros y oficiales, pero el Fondillón no era un vino barato, y mucho debería gustarles cuando se embarcaron 200 barricas que costaron bastante más dinero que lo que costó el propio armamento. A lo mejor algo influyó también que estos vinos de alta graduación alcohólica se conservan mejor y durante más tiempo, lo que tiene su importancia en un viaje que iba a durar muchos meses, quizás años.
Réplica de la Nao Victoria navegando a toda vela
El fondillón pronto se dio a conocer por las lejanas tierras que visitaron Magallanes y sus sucesores, por lo que no es de extrañar lo que nos cuenta Francisco Martínez Montiño, cocinero mayor de Felipe II, al que debemos un maravilloso libro sobre “El Arte de Cozina, Pastelería, Vizcochería y Conservería” publicado en 1617. Relata Martínez Montiño que unos príncipes japoneses que visitaron al Rey español fueron obsequiados con unas copas de fondillón y al beberlo dijeron ¡Pero si es el famoso fondillón de Alicante, el que tanta fama tiene en el mundo!
Libro de cocina de Francisco Marttínez Montiño
Sin ir tan lejos el fondillón se bebió durante mucho tiempo en las Cortes europeas. El Duque de Sant Simón, cronista del Rey Sol, Luís XIV de Francia, menciona que cuando el Rey se retiró al palacio de Versalles donde murio en 1715, unas de las pocas comidas que podía ingerir eran bizcochos bien remojados en vino Fondillón.
Palacio de Versalles en el que Luis XIV pasó sus últimos días reconfortado por un buen Fondillón
Los ingleses son bien conocidos por haber viajado por todo el mundo, y porque pocas veces despreciaron un buen vino, y si no veáse su conocida afición a los caldos de Jerez, Oporto o Madeira. El viajero inglés Peter Towsend describió así en el siglo XVIII la elaboración del Fondillón: “Vendimian la uva, sacan los granos del racimo y los ponen sobre cañizos de mimbre bastante elevados, los dejan allí durante quince días, expuestos al sol y al viento para evaporar la humedad superflua, después de lo cual los meten en la prensa. Una vez prensado, cae con sus hollejos en la cuba donde sufre la fermentación. A continuación lo sacan de las cubas y lo guardan en toneles”.
Vino pues bien conocido y bien estimado que gozó de privilegios comerciales y tuvo su época de oro cuando la filoxera. Una buena demostración de su expansión por todo el mundo es que aparece en multitud de novelas desde Salgari a Dumas. Podemos así ver el Fondillón en una novela tan famosa como el Conde de Montecristo de Alejandro Dumas cuando el Conde visita al mayor Cavalcanti que le da a elegir entre Jerez, Oporto y Vino de Alicante, elección fácilmente resuelta por el conde aventurero que sin dudarlo se inclina por el fondillón.
Carátula de una de las muchas películas que se han hecho sobre la novela de Dumas. La protagonizada por Gerard Depardieu quizás sea una de las más conocidas
El fondillón era un vino caro, un vino que no podía beber toda la gente. Llegó a pagarse a 800 francos el hectolitro, lo que es mucho si lo comparamos con otros vinos ilustres como el Jerez que se vendía a 204, el Oporto a 153 o el Málaga a 135, y no hablemos ya del modesto Valdepeñas que con dificultad alcanzaba los 60.
Pero tras el éxito vino la decadencia. El fondillón empezó a languidecer quizás porque no supo o no pudo adaptarse a la competencia con otros vinos de calidad, el caso es que estuvo a punto de desaparecer, tan a punto que se creía extinguido hasta que en 1954 se encontró en una propiedad de Alicante un único tonel lleno de Fondillón, tonel a partir de cuya madre se ha recuperado ese famoso vino alicantino, el de Magallanes y el Rey Sol, el del Conde de Montecristo y FelipeII.
La navegación marina y las Virtudes del fondillón
Y por fin llegamos al grano. Mi interés por el fondillón no derivó de su sabor peculiar, con una personalidad fuerte pero agradable, sino de aquel detalle comentado por mi amigo Alfonso, cuando me dijo que el fondillón era un vino histórico, el primero en dar la vuelta al mundo en los barcos de Magallanes. Como una cosa lleva a la otra podría haberme interesado escribir sobre el viaje que empezó Magallanes y terminó Elcano, pero de eso se ha escrito mucho y bien, y yo prefiero hablar de otra cosa, de lo que bebían y comían aquellas gentes que se lanzaron a conquistar el mundo sobre cáscaras de nuez.
Juan Sebastián Elcano que tras la muerte de Magallanes y muchas peripecias tomó el mando de la Nao Victoria, la única que consiguió volver a España con los 18 supervivientes
En esa época no había neveras, ni congeladores, ni siquiera envases al vacío, y todo le que se llevaban para comer tenían que ser alimentos duraderos o estar conservado con las técnicas de la época, principalmente la salazón, el secado, el encurtido y otros similares. Estos víveres podían durar mucho tiempo, pero suministraban una dieta monótona y muy poco saludable en el medio y largo plazo porque carecían de muchas de las vitaminas y elementos que hoy sabemos son necesarios para la vida humana. Por lo tanto periódicamente era imprescindible acercarse a tierra para hacer aguada y obtener alimentos frescos.
Esta dieta fue la causante de una de las peores enfermedades de los marineros, el escorbuto producido por la falta de vitamina C que hacía sangrar las encías, caerse los dientes y podía llevar hasta la muerte. El fondillón no tiene vitamina C, ya que la que puede haber en la uva desaparece durante la fermentación, pero sí que tiene ácido cítrico que ayuda a combatir los síntomas de las avitaminosis y sustancias que actúan como coenzimas de la vitamina C. Su contenido en alcohol y ácido tartárico hace de él un aceptable desinfectante, que añadido al agua retarda su putrefacción. Su ingestión moderada aseguraba no sólo un aporte energético, más vitalidad y mejor humor, sino también un cierto plus desde el punto de vista sanitario, por eso no es de extrañar que los médicos de la época dijeran que los marinos que bebían Fondillón enfermaban menos de escorbuto.
El alimento básico en un barco era la galleta marinera. Vicens Vives nos dice que lo más normal en los barcos era llevar "trigo, arroz, vino, aceite, bizcocho o galleta de barco, vinagre, legumbres, carne y pescado salado, aceitunas, avellanas almendras y otras frutas secas, ajos, cebollas, queso y miel..." El más importante, sin duda ninguna, era la galleta o bizcocho marinero obtenido cociendo la masa de harina dos o más veces, de modo que se eliminaba prácticamente toda su humedad y se podía conservar durante mucho tiempo. Al parecer los difícil era masticarla y los marineros tenían que gastar parte de su ración de agua en ablandarla para hacerla masticable.
Versión actual de la galleta marinera. El doble cocido (biscuit) la hacía seca y duradera, pero dura como una piedra.
Nos han llegado bastantes referencias sobre lo que se comía a bordo de los barcos, hablando por supuesto de marineros y similares, ya que los capitanes y gentes nobles llevaban habitualmente sus propias provisiones que les aseguraban una dieta mejor y más variada.
En la expedición de Vasco de Gama a la India en 1498 la ración por hombre y día era de media libra de bizcocho, una libra de carne de vaca o media de carne de cerdo salada, dos pintas y cuarto de agua, pinta y media de vino, la sexta parte de una pinta de vinagre y la cuarta parte de aceite. En días de ayuno recibían media libra de arroz o de bacalao, o de queso, en vez de la carne. Una pinta corresponde a 47 cl y una libra a 460 g.
La carne salada de vaca o de cerdo, llámese tasajo, cecina o de cualquier otra manera, era el principal aporte proteico a la dieta, aunque la ingestión continua de salazón producía mucha sed y problemas de salud.
Cuando Fernández de Quirós realizó su expedición a las islas del Pacífico, la ración por tripulante y día era libra y media de bizcocho, una libra de carne, dos onzas de tocino, una de garbanzos y media azumbre de agua. Una onza eran 28,76 gramos y una azumbre 2,02 litros
La expedición de Magallanes
Se aprestaron cinco buques: San Antonio (120 toneladas, 60 marineros), Trinidad (110 toneladas, 55 marineros), Concepción (90 toneladas, 45 marineros), Santiago (75 toneladas, 32 marineros) y Victoria la única que volvió (85 toneladas y 42 marineros). En estas naves embarcaron entre 240 y 265 hombres ya que las fuentes difieren en el número exacto, pero el viaje fue una auténtica escabechina ya que sólo 18 consiguieron completarlo y volver a puerto.
Detalle de la Nao Victoria tomado de un mapa de Ortelius
Pero no fueron las enfermedades ni el hambre, y pasaron mucha y muy dura, los que causaron más muertes. El propio hombre fue su mayor enemigo, bien fuesen las rebeliones y rencillas internas, los portugueses defendiendo sus privilegios en el comercio de las especias, o los nativos de las islas como los que mataron al propio Magallanes, o los que invitaron a cenar a treinta y tantos expedicionarios y los masacraron cuando estaban saciados y desarmados.
El 10 de Agosto de 1519 levó anclas la expedición, pararon en Sanlúcar para acabar de embarcar los suministros y zarparon definitivamente el 20 de Septiembre. Conocemos muchas listas de los "bastimentos" o productos alimenticios que se embarcaban y ya hemos indicado algunos clave, como el bizcocho o galleta, las carnes saladas, el arroz, las legumbres secas, el vino… ¡y el agua! Veamos ahora un caso concreto, el de la expedición de Magallanes a la que hemos ido a parar siguiendo el rastro de nuestro vino alicantino, el Fondillón.
Detalle de una recreación de la Nao Victoria en la que se puede ver un centinela y al fondo una de las pequeñas piezas de artillería llamadas bersos o versos
Hemos encontrado la relación completa de los alimentos, y otros bastimentos que se embarcaron en las naos de Magallanes para formar el fondo común, no la despensa privada de capitanes y oficiales. Todo esto se embarcó, y a veces me pregunto como les cupo y donde consiguieron meterlo.
ALIMENTOS
1º.- Ajos, 250 ristras.
2º.- Alcaparras, una jarra.
3º.- Almendras con cáscara, nueve fanegas (unos 500 litros).
4º.- Anchoas, 150 barriles.
5º.- Arroz, 222 libras (102 kilos)
6º.- Azúcar, 272 libras (125 kilos)
7º.- Bastina (Pescados generalmente desechados o morralla para hacer guisos o fritadas, 14 arrobas, (161 k)
8º.- Bizcocho, 2.078 quintales (46 k cu), 12 arrobas y 75 libras, (cerca de 100 000 kilos).
9º.- Carne de membrillo, 70 cajas.
10º.- Ciruelas pasas, 200 libras.
11º.- Garbanzos, nueve botas y 82 fanegas y media,(unos 4578,75 litros)
12º.- Habas, 42 fanegas y media, (2378,75 litros)
13º.- Harina, cinco pipas, (2420 litros)
14º.- Higos, 16 seras y 16 quintales.
15º.- Lentejas, 24 celemines.
16º.- Miel, 39 botijas y media, 46,5 arrobas y 2 libras.
17º.- Mostaza, 18 jarras.
18º.- Pasas de sol y lejía, 75 arrobas.
19º.- Pescado seco y bastina, 245 docenas.
20.- Quesos, 111 arrobas y 42 libras.
21º.- Sardinas blancas para pescar, cinco jarras con 10.000 sardinas en total.
22º.- Tocino añejo, 227 arrobas y 37 libras, o sea unos 2615 kilos.
23º.- Seis vacas
BEBIDAS
Se llevaron a bordo 417 pipas, al parecer 200 de vino y 217 de agua, así como, 253 botas y 129 botijas.
Imagen de principio de siglo con barriles de Fondillón esperando su embarque en el Puerto de Alicante
Las medidas de peso y volumen variaban en las diferentes regiones de España, pero podemos suponer que aquí se utilizaron las medidas castellanas. Un quintal pesaba 46 kilos, una arroba 25 libras (11 kilogramos y 52 gramos) y una libra castellana 469 gramos. Las pipas eran de 484 litros y las fanegas de 55,5 litros. La bota es una cuba para líquidos, con diversas capacidades; la botija una vasija de barro de cuello corto.
ARMAS
Cien coseletes con armadura de brazos, espalderas y capacetes; 100 petos con barbotes y casquetes; 6 ballestas, 50 escopetas, 200 rodelas, 6 hojas de espada, 95 docenas de dardos y 95 de gorguces, 1.000 lanzas, 200 picas, 6 chuzas y 6 astas de lanza.
ARTILLERÍA
La dotación artillera de la flota estaba compuesta por 58 bersos (también escrito versos), 7 falcones, 3 lombardas y 3 pasamuras.
Bombarda
Falconete pedrero
Pasamurada o pasavolante
Los versos eran cañones giratorios de tubo delgado que se colocaban en la borda y tenían de 4 a 5 cm de calibre. Los falconetes eran similares con un calibre de 5 a 7 cm. Las bombardas eran las mayores y su calibre variaba de 20 a 25 cm.
Se embarcaron también 50 quintales de pólvora embarrilada. Dados y pelotas de fierro y de piedra. Seis moldes para hacer pelotas de pasamuras, falcones y bersos. Pelotas de plomo para la artillería y espingardas. Planchas de plomo.
INSTRUMENTOS
Veinticinco cartas de marear, 6 pares de compases, 21 cuadrantes, 6 astrolabios de metal y 1 de madera, 35 agujas de marear y 18 relojes de arena.
MERCANCÍAS PARA INTERCAMBIO Y RESCATE
Azogue, bermellón, alumbre, 30 piezas de paños de colores, azafrán, grana de Valencia, peines, cobre en pasta, manillas de latón y de bronce, 20.000 cascabeles, 400 docenas de cuchillos de Alemania, 50 docenas de tijeras, 1.000 espejos pequeños, 500 libras de cristales de colores.
ÚTILES VARIOS
Cinco ollas grandes de cobre, 5 calderas grandes de cobre, 2 hornos, candelas de sebo, pábilo, 80 linternas, 40 carretadas de leña, 40 varas de cañamazo para manteles, 94 gamellas, 100 galledas, 200 escudillas, 66 platos de palo, martillos, candados, 50 azadas y azadones, hierro en barra, 128 esteras, espuertas, serones, chinchos, 10.500 anzuelos, una fragua con su aparejo, tambores, panderos, lonas, sacos de cáñamo, sierras, , medicinas, ungüentos, aguas destiladas, 15 libros blancos, 80 banderas.
Y llegamos al final
Y así poco a poco, hablando del fondillón hemos llegado hasta la expedición de Magallanes para saber no por donde fue y que aventuras le sucedieron, sino para enterarnos de qué cosas comían y bebían aquellas gentes del sigo XVI, y todo por culpa de mi amigo, el que no se sabía muy bien si era de Alicante o Castellón, cosa que nunca podremos dudar del maravilloso vino que nos trajo el fondillón de Alicante, vino de reyes y marineros, vino con historia al que le cupo el increíble honor de ser el primero que dio la vuelta al mundo, suponiendo (que sería mucho suponer) que a los famélicos hombres de Juan Sebastián Elcano se les hubiese pasado por alto una pequeña botija de vino perdida en el fondo de la bodega.
Algo de Bibliografía
http://www.alicantevivo.org/2008/01/el-secreto-del-fondilln.html Una excelente web con muchos detalles sobre el fondillón y su historia
http://winesofvalencia.com/images/el_fondill_n.pdf Una breve historia del fondillón.
http://www.kike.c.telefonica.net/alicante/losvinos.htm Datos y curiosidades sobre el fondillón.
Ignacio Fernandez Vial y Guadalupe Fernandez Morente 2001. La primera Vuelta al Mundo. La Nao Victoria
Antonio Pigafetta. El primer viaje alrededor del mundo: relato de la expedición de Magallanes y Elcano. Barcelona, Ediciones B, 1999.
Pedro Novo y Colson. Magallanes y Elcano 1892. Conferencia pronunciada en el Ateneo de Madrid el 17 de marzo de 1892. Establecimiento Tipográfico «Sucesores De Rivadeneyra, Impresores De La Real Casa- Paseo De San Vicente, Núm, 20
http://usuarios.lycos.es/Onuba/index2.htm La vida a bordo. Sensacional página web, de donde se han sacado muchos datos de este artículo.
http://www.armada15001900.net/ Pdf con la relación de bastimentos y municiones entregados en 1575 a los galeones San Pedro, Santiago y San Tadeo.
http://es.wikipedia.org/wiki/Antiguas_medidas_espa%C3%B1olas Equivalencias de las antiguas medidas castellanas
Lo de Alicante o Castellón era una broma interna del tribunal. El fondillón que nos bebimos era de Alicante, pero no recuerdo la bodega
Hola, gracias por esta página. Cuando decís "Lo trajo un colega de Alicante, o quizás fuese de Castellón que para todo había opiniones", me resulta extraño y os agradecería precisión en esto. Para mi es muy importante –y bien al margen de todo chovinismo–, pues no sé si se trata de Fondillón de Alicante (y qué zona, comarca o finca, topónimo, etc.); o del famoso "Carló" de Benicarló (Castellón), de qué lugar, finca o bodega (?). Gracias de antemano por las molestias.
Hola, gracias por esta página. Cuando decís "Lo trajo un colega de Alicante, o quizás fuese de Castellón que para todo había opiniones", me resulta extraño y os agradecería precisión en esto. Para mi es muy importante –y bien al margen de todo chovinismo–, pues no sé si se trata de Fondillón de Alicante (y qué zona, comarca o finca, topónimo, etc.); o del famoso "Carló" de Benicarló (Castellón), de qué lugar, finca o bodega (?). Gracias de antemano por las molestias.
Don Fernando de Magallanes no era "organizador de la primera vuelta al mundo..." Eso es poco. Fué Capitán General y Almirante de la flota.Un gran navegante. J. Sebastian el mestre oriundo del caserio vasco de el Cano en Guetaria, supo aprovechar la ocasión de:"en el pais de los ciegos, el tuerto es el rey". La primera persona que dió la vuelta al mundo fué ENRIQUE, el criado de Magallanes. Salió de las Molucas y volvió a ellas dando la vuelta al mundo.Esa es la verdad, nos guste o no.
soy diseñador grafico, tengo que hacer una renovacion de la marca de un ron llamado magallanes, y la buena información que ustedes brindan me ha servido de mucho
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