Paseos

Por la Vereda de las Latas...

Fecha: 11/11/2002

Nuestro paseo de hoy es en cierta medida un poco melancólico, aunque la melancolía dure poco y desaparezca rápidamente entre encinas y enebros. Intentaremos llegar a un pueblo cercano a Colmenarejo y para ello caminaremos por una Vía Pecuaria que estaba asociada al camino de Colmenarejo a Navalquejigo, la Vereda de Las Latas. Digo intentaremos por dos razones. La primera porque la Vereda está cortada; es la historia de siempre, historia de vallas, de cierres ilegales, de pasos prohibidos, o lo que es peor de "prohibidos el paso". La segunda es que hoy Navalquejigo es un pueblo vacío, un pueblo abandonado, piedras, ruinas, melancolía.

A vueltas con los nombres

Los nombres de las Vías Pecuarias cambian con el tiempo. En 1863 nuestro camino se llamaba "Vereda que por entre las Dehesas de Las Latas y Peraleda Grande va a parar a la carretera del Escorial". Pocos años después, en 1907, algo ha cambiado y aparece como "Vereda que desde la fuente del Navazo conduce a la carretera del Escorial", aunque realmente cruce esta carretera y continúe por el término de Galapagar. En 1966 es citada como "Vereda de Las Latas", nombre que más o menos adornado va a conservar en todos los mapas y clasificaciones posteriores.

En varios mapas (1:10.000, 1:5.000) puede verse que la Vereda corre asociada al antiguo Camino de Colmenarejo a Navalquejigo. La Vereda cruzaba la carretera del Escorial e iba a terminar a la Cañada Real Segoviana, gran arteria de la trashumancia por la que todos los años "subían" y "bajaban" millares y millares de lanudas merinas. Sin embargo el camino cruzaba la cañada y seguía hasta el pueblo de Navalquejigo, a veces llamado Navalquejido, cuyas ruinas están muy próximas al actual apeadero de Las Zorreras.

 

Bajando desde Parque Azul el camino asfaltado de la derecha corresponde a la Verda de Las Latas

 

La Vereda de Las Latas se inicia en el descansadero del Navazo, al que llegaremos siguiendo la Cañada Real de Merinas dejando Parque Azul a nuestra izquierda. Al bajar la cuesta podremos ver que el camino se divide, a la izquierda, de tierra más o menos compactada sigue la cañada, a la derecha sale un camino asfaltado, nuestra vereda de hoy.

Pero antes de ponerse a caminar vale la pena pararse un poco en el paraje del Navazo, cuya fuente algunos autores remontan hasta épocas romanas y donde, hasta no hace muchos años, bajaban las mujeres de Colmenarejo a lavar la ropa en grandes pilas de piedra de las que algunas se conservan todavía hoy por allí.

El sitio es bonito, ha habido charcas naturales que luego se sustituyeron por una horrible charca artificial de cantos rodados y tela asfáltica, que a su vez fué desmontada para hacer una nueva charca artificial destinada a fomentar la reproducción de los anfibios. Es zona de bastante pájaro que baja por allí a beber, y en muchas ocasiones el cuerpo agradece un rato de parada, prismáticos y contemplación de pájaros y paisaje, supuesto que las motos de campo que están destrozando Tiesta Cabezas no aparezcan por allí.

 

Carteles y tiros.

En nuestro tranquilo vagabundeo por El Navazo es imposible no fijarse en los carteles que hay por allí. Algunos no tienen desperdicio. Hubo tiempos en los que un pequeño cartel repintado nos pedía que circulemos con precaución porque estamos en zona de obras, y nos informaba de que la velocidad máxima es de 60, lo que tendrán que agradecer aquellos a los que les gusta correr por los caminos en ruidosas motos, agresivos quads o rugientes coches todo terreno, porque alguien les está regalando 40, ya que por una Vía Pecuaria la velocidad máxima permitida es de 20 kilómetros por hora. Esto lo sabe mucha gente, pero hasta ahora nadie ha quitado el cartel, quizás porque a nadie le importa, quizás por desidia, quizás porque con esto de que cada uno sólo se ocupa de lo que es su competencia, la casa se queda sin barrer.

Un impresionante cartel lo podemos ver más arriba, al lado de la fuente del Navazo. El autor, es de suponer que el Ayuntamiento, informaba a los paseantes de la importancia del paraje, y pedía ayuda para su conservación, pero a alguien no le ha gustado este mensaje y su respuesta ha sido coser el cartel a balazos. No menos de 15 impactos lo violan. Sin comentarios.

En la zona del Navazo se han realizado plantaciones por los vecinos para celebrar el Día del Árbol, pero esto ya no se hace porque se dice que los árboles se secan si no se cuidan,. Evidente. Lo que hay que hacer es cuidarlos, y no sería tan caro contratar con Apascovi este cuidado que garantizase el éxito de lo plantado por nuestros niños.

En El Navazo se han instalado últimamente carteles del Parque Regional explicando la historia y características de la zona, pero de El Navazo hablaremos con más detalle otro día, lo dejaremos para otro artículo dedicado especialmente a este antiguo descansadero de ganados, en el que se han hecho auténticas barrabasadas ambientales, pero que a pesar de todo reúne suficientemes méritos para merecer que hablemos de él en solitario.

 

Debajo de esta carretera asfaltada que nos lleva a Apascovi se dice que hay restos de una calzada romana

 

Después de este rato en El Navazo tomamos el camino asfaltado. A nuestra derecha una espléndida finca La Peraleda Grande, al principio poco arbolada, pero poco a poco poblada de pinos, encinas, enebros y algunos otros árboles. A la izquierda aparece un campo en el que la vegetación potencial de la zona, está volviendo a asomar y a reclamar su espacio. Se pueden ver jóvenes encinas, retamas y toda su corte vegetal asociada, en claro proceso de regeneración y reconquista.

Enseguida aparecen las instalaciones de APASCOVI, viveros que desarrollan una impagable labor, enseñando un oficio y suministrando trabajo a una parte de nosotros que de otra forma lo tendría muy difícil. En la puerta de APASCOVI termina la parte asfaltada y prosigue la vereda en su parte mejor conservada y más agradable para el paseo.

 

El camino asfaltado termina a las puertas de Apascovi, y allí empieza la parte más bonita del paseo

 

En el centro del camino aparece un pequeño berrocal al que se asocian varias encinas jóvenes, formando el conjunto, piedras y encinas, un rincón de gran belleza. Por estos parajes aparece a nuestra derecha una pequeña cantera, y vagabundeando por la zona, mirando charcas y escrutando bosques, hemos oído este año los primeros gritos sincopados del pito real, el chirrido de los trigueros (que además de espárragos son también pájaros), y otros cantos y trinos que anunciaban la inminente llegada de la primavera.

 

A la derecha del camino afloran pequeños berrocales graníticos

 

Por toda esta zona entre las cercas de Las Latas y La Peraleda Grande, la vereda es muy ancha y en muchos sitios supera ampliamente los 20’89 metros legales. Buena ocasión para comentar una cuestión que nos han planteado algunos amigos de Colmenarejo interesados en el tema de las Vías Pecuarias.

 

Una pequeña cantera abandonada es un lugar perfecto para escuchar y ver algunas de las aves que por allí se encuentran

 

 

¿Qué son los terrenos sobrantes de Vía Pecuarias?

Los terrenos sobrantes aparecieron cuando las leyes reguladoras de las Vías Pecuarias abrieron la posibilidad de declarar algunas como "excesivas" o "innecesarias", lo que permitió cambiar la anchura de una Vía Pecuaria en el acto de clasificación. Pongamos un ejemplo; la Cañada Real de Merinas debería tener 75 metros en toda su longitud, pero en 1966 se declaró excesiva y su anchura se redujo por decreto a 20 metros, liberándose así una banda de 55 metros de terrenos sobrantes, algunos de los cuales han sido enajenados legalmente, pero otros han sido devueltos por la Ley de 1998 al dominio público de las Vías Pecuarias.

Pero hay otro tipo de sobrantes. La anchura real de las Vías Pecuarias era muy variable a lo largo de su recorrido, y las anchuras legales, 75 metros para las cañadas ó 20,89 para las Veredas, se entendían cuando la Vía pasaba entre sembrados o terrenos cultivados, pero en otras zonas las Vías quedaban delimitadas por las cercas de las fincas o terrenos colindantes. Por eso aparecieron terrenos sobrantes en aquellas zonas en las que la cañada, cordel o vereda era más ancha de lo legalmente asignado. Hoy estos terrenos, si no han sido legalmente enajenados o desafectados, siguen en el dominio público pecuario.

Seguimos nuestro camino. Aparece una caseta del Canal y algún que otro poste de la línea de alta tensión o de alguna de sus hermanas menores. A la izquierda se ve la Casa de Las Latas, con sus prados y bosques. A la derecha el bosque abre poco a poco y deja ver algunas urbanizaciones de Galapagar, y al fondo la Sierra con sus cimas punteadas de blanco por las nieves. Así, poco a poco, llegamos hasta la carretera de El Escorial, y para cruzarla hay que hacerlo con tiento y cuidado. Los coches vienen rápidos, a veces demasiado rápidos y el peligro acecha. Con cuidado pues cruzamos la carretera e inmediatamente nos quedamos sin saber por donde seguir.

 

El camino finaliza al llegar a la peligrosa carretera de El Escorial. Al otro lado se ven las cancelas de varias fincas y nos entra la duda de por donde seguir

 

 

¿Se cierra la Vereda?

Una vez hemos cruzado se abren ante nosotros varios caminos. En primer lugar podremos ver dos porteras, una corresponde a "La Dehesilla" y en otra pone "Dehesa Arroyo Torero". Justo a la derecha alguien ha derribado la valla de piedra y se intuye un camino que trepa por el monte, para ir a parar a la Dehesa Vieja de Galapagar.

Una de las fincas es la Dehesa Arroyo Torero

 

La otra La Dehesilla. ¿Por donde sigue la Verda de Las Latas?

 

 

Más arriba un portalón da origen a otro camino. ¿Cuál es la Vereda de Las Latas? La primera vez tiramos por uno de los caminos que llevan a las dos fincas citadas, en concreto el que estaba abierto e invitaba a pasar. Son dos caminos paralelos separados por una tapia, y que según los planos corren por el límite entre Colmenarejo y Galapagar. El paseo es precioso. A la derecha un bosque de encinas y jaras. A la izquierda se puede ver la Sierra, el Embalse de Valmayor y El Escorial, pueblo y Monasterio allá a lo lejos y sin embargo muy cerca.

De repente nuestro gozo en un pozo. El camino está cerrado por una valla y alguien nos dice que el otro camino, el paralelo, no es nuestra Vereda, sino que lleva a una casa particular. No es lugar ni momento para discutir, sino para agradecer la información, deshacer lo andado y volver a la portera, a cuya derecha y por la valla derribada seguiría la "cañada" según se nos informa.

 

La urgencia de una clasificación

De vuelta a casa y tras consultar mapas y documentos parece claro que la Vereda de Las Latas, antiguo Camino de Navalquejigo, sigue por uno o quizás incluso por los dos caminos que se nos dicen particulares, y que debería ir a parar a la Cañada Real Segoviana que ya no está lejos. De cualquier forma tendrían que ser los responsables legales del cuidado de nuestras Vías Pecuarias los encargados de resolver esta contradicción entre mapas y vallas.

Hace ya un tiempo hablaba con un amigo, que tiene cierta responsabilidad en algún gobierno local, sobre nuestras Vías Pecuarias y sobre lo que cada uno podría y debería hacer para protegerlas y preservarlas. Él se quejaba de que el responsable legal, la Comunidad Autónoma de Madrid, hace poco o nada para que se cumpla la magnífica Ley de Vías Pecuarias por ella misma promulgada, y que las autoridades locales están muy limitadas en este aspecto. Hablamos del carácter ejemplificador de la postura de las autoridades, hablamos de denuncias ante la Fiscalía o el Seprona, pero también de la importancia de las campañas informativas para que la gente conozca, aprecie y defienda sus cañadas. De todo habrá que hacer, él y nosotros, pero lo que es evidente es que cuanto más se conoce, mejor se defiende.

Sin embargo la realidad es tozuda y la as buenas intenciones se las lleva el viento. La CAM de Dª Esperanza Aguirre se desentiende de las Vías Pecuarias, el Ayuntamiento de Colmenarejo asiste impávido a su degradación, e incluso contribuye a ella safaltando tramos de las Veredas de El Robledillo o Prausteros, o solicitando a la CAM que le autorice a hormigonar la Vereda de Viñas Viejas para hacer un acceso a Los Escoriales. Mal futuro les espera a nuestras Vías Pecuarias con estos gestores.

¿Cuando tendremos en Colmenarejo un gobierno al que le preocupe de verdad el Medio Ambiente? Visto lo visto quizás nunca.

 

 

Se abre un nuevo paseo, eso sí más largo y exigente

De cualquier forma algo hay que agradecer a quien nos dijo que el camino no era el correcto y nos sugirió pasear por el que arranca de la tapia tirada. Hicimos caso y el paseo por la Dehesa Vieja de Galapagar, por el Camino de Galapagar a Navalquejigo, la llegada a la Cañada Real Segoviana, la subida hasta las ruinas de Navalquejigo, el paseo por la Cañada Real Segoviana hasta el pantano, y la vuelta hasta Colmenarejo por la Cañada Real de Merinas constituyen uno de los paseos más agradables que hemos hecho nunca, y el que esto escribe ha hecho muchos por estas y otras tierras. Bien es cierto que es largo y algo exigente, pero desde luego gratificante y compensa sobradamente el esfuerzo.

Pero de ese paseo se hablará otro día, quizás por algún vecino y paseante de Galapagar que lo conozca mejor que nosotros, que iniciamos el paseo en la Fuente del Navazo sólo para recorrer la Vereda de Las Latas y nos hemos visto abocados a caminar por otros caminos.

 


 

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