Hace ya ocho años vivía en Colmenarejo un excelente amigo, Chomin Alonso, persona cuya creatividad y curiosidad intelectual siempre me tuvieron muy impresionado. Chomin siempre tenía proyectos nuevos en la cabeza, y no sólo los tenía sino que los llevaba a la práctica.
Chomin fue uno de los fundadores de la Asociación de Vecinos de Colmenarejo, y muchas de las actividades realizadas por la Asociación nacieron de la cabeza de Chomin, de esa cabeza inquieta y curiosa que no paraba nunca de imaginar cosas.
Una de sus ocupaciones en aquellos años fue la Escuela de Cine de Colmenarejo, escuela que inició con unos primeros alumnos entusiastas, pero que no pudo superar las trabas e inconvenientes burocráticos que se le pusieron por todos los lados.
La Escuela de Cine de Colmenarejo hizo muchas cosas, pero una de ellas me afectó especialmente. Se trata de una serie de documentales sobre la Trashumancia en Colmenarejo, serie de la que llegamos a rodar dos episodios y que Chomin llegó incluso a presentar a un concurso de documentales de la Comunidad de Madrid.
El Rebaño Trashumante es el primero de estos documentales y se rodó aprovechando la buena voluntad de Jesús Garzón, de la asociación Trashumancia y Naturaleza, de los niños y profesores de los Colegios de Colmenarejo que pasaron un rato feliz viendo pasar perros y ovejas y sobre todo de Longinos, el pastor que aquel año movió su rebaño para celebrar en Madrid la Fiesta de la Trashumancia.
El documental está rodado con una cámara casera, mucha buena voluntad y ganas de agradar, pero con esos escasos mimbres el trabajo posterior de Chomin consiguió montar una pieza recoleta, pero a mi entender preciosa. Un buen montaje, un hilo argumental que hiciese agradable el ver ovejas y más ovejas, una música sensacional y una clara intención, mostrar como la trashumancia y la ganadería extensiva pueden tener un papel natural y cultural de primera línea.
La escena final está cargada de intención. Cuando el rebaño termina su paso por la Cañada Real de las Merinas, las grandes excavadoras vueven inmediatamente a la obra interrumpida momentáneamente por el paso del rebaño, y esto nos demuestra los graves peligros que acechan a nuestra red de Vías Pecuarias, el primero y principal el incumplimiento reiterado de la normativa proteccionista vigente, por parte de particulares, administración local y autonómica.
Pasado mañana un rebaño volverá a pasar por Colmenarejo, y esta puede ser una buena ocasión para rescatar aquel documental y mostrarlo a todos aquellos a los que les preocupa la conservación de la naturaleza y de nuestros usos y cultura.
Aportemos todos un poco de nuestra parte para recuperar las cañadas reales. Ver pasar los rebaños produce una emoción enorme. Merece la pena el esfuerzo.
Precioso, me ha encantado. Es de lo mejor que he visto sobre rebaños y trashumancia.
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