El Mirador

Con respeto y tolerancia: no a las corridas de toros.

Fecha: 07/01/2011

 

Con respeto y tolerancia: no a las corridas de toros.

No pude asistir al Pleno de diciembre, pero me entero por la prensa de que el Pleno de nuestro Ayuntamiento ha decidido declarar las corridas de toros como bien de interés cultural, aprobando una proposición presentada por los tres concejales del PP y que apoyaron además María Isabel Peces-Barba y Ángel Laguna (APIC), José Polo (PSOE) y Mª Emma Martín (exVICO no adscrita). Votaron en contra Jerónimo Hernández (IU) y Elena Rodríguez (APIC), y se abstuvieron José Mª Vizcay (APIC), Benito Elvira (PSOE) y Pedro González (VICO)

 

La cultura no es eterna.

No sé exactamente lo que implica esta declaración de las corridas de toros como bien cultural en Colmenarejo, desconozco cuál es su incidencia práctica si es que tiene alguna, pero supongo que los partidarios de que el Ayuntamiento de Colmenarejo siga subvencionando las corridas de toros en las fiestas con el dinero de todos habrán salido reforzados.

Las palabras tienen muchos significados, pero en principio hay que atenerse a su significado formal, que viene dado por la RAE en cuyo diccionario aparece como tercera acepción de cultura lo siguiente: "Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. " Un bien de interés cultural tendrá por tanto que relacionarse con estos conceptos, básicamente con lo relativo a las costumbres o el desarrollo artístico, y en este sentido nadie puede negar que las corridas de toros han estado en nuestra cultura durante siglos, y que han dado origen a manifestaciones artísticas importantes, véanse sin ir más lejos las de Goya o Picasso.

 

 

 

Algunas imágenes taurinas de Picasso

Goya también representó escenas de las fiestas de toros. La imágen que vemos en la figura inferior, con la lanza atravesando el cuerpo del toro, sería difícil de ver hoy porque ya casi no se alancean toros salvo en salvajadas colectivas como el Toro de La Vega a las que los asesinos a caballo han prohibido asistir a la prensa para que no haya testigos, ni por supuesto imágenes, de su heroica valentía ante el indefenso toro.

Hoy lo más parecido es la suerte de varas en la que el picador, para debilitar al toro y darle ventaja al torero, utiliza la pica o garrocha que en teoría no debería penetrar en la carne del pobre toro más de 3 cm, pero que en la realidad los picadores clavan a tope y mueven lateralmente produciendo heridas y desgarros brutales. Pero hoy nada de sangre a la vista, sólo la imágen de uno de los instrumentos de tortura.

 

Afortunadamente las costumbres de un pueblo cambian con el tiempo, por eso en la definición de cultura se explicita que es en una época concreta, y lo que hoy es propio de nuestra cultura puede dejar de serlo dentro de unos años, e incluso puede darnos vergüenza años o siglos después cuando volvemos la vista atrás.

En la cultura española de los siglos XVI, XVII y XVIII la esclavitud era una de nuestras señas de identidad, era normal que unos hombres fueran dueños de otros, sus esclavos, sobre los que tenían un poder total, y los españoles fuimos reputados traficantes de esclavos, bien es cierto que al igual que otros pueblos, que íbamos a África, asaltábamos poblados, matábamos a los viejos e inútiles y nos llevábamos a los más jóvenes para venderlos en nuestras colonias. Y no estoy hablando de hace mucho, la esclavitud se terminó de abolir oficialmente en España el 7 de octubre de 1886. Hace nada, señores.

Afortunadamente la cultura de un pueblo cambia con el tiempo. Un ejemplo más, las mujeres no han podido votar en España hasta 1933, y hasta ese momento estaba en nuestra cultura que las mujeres estaban representadas por sus maridos o padres y no tenían por tanto voz propia. ¿Quién  no se sonroja hoy día cuando piensa en este aspecto de nuestra cultura de hace tan pocos años?

Y no más ejemplos, aunque podríamos poner muchos más como las peleas de gladiadores del circo romano o nuestra Santa Inquisición, pero bastan los expuestos para señalar que la cultura de un pueblo cambia, y lo que hoy es alabado y aceptado, en unos años puede ser rechazado y olvidado. Ojalá pase esto con las corridas de toros.

 

Respeto y tolerancia.

En la proposición del PP se habla de respeto y tolerancia, lo que no sólo comparto sino que alabo, pido y exijo, porque respeto y tolerancia son dos actitudes sin las que sería difícil una convivencia sana y normal entre personas que en momentos dados pueden pensar diferente y querer cosas diferentes. Personalmente respeto a todas las personas y sus creencias, como no podía ser menos.

Otra cosa diferente es el respeto a las actuaciones de las personas. Respeto a las personas taurinas, pero no puedo respetar las corridas de toros porque, desde mi punto de vista aunque hayan estado en nuestra cultura y generado espléndidas manifestaciones artísticas, son un espectáculo salvaje basado en la tortura pública (banderillas y suerte de varas) y asesinato a espada de un animal, y eso no merece mi respeto.

Tolerancia, también por supuesto. Soy un antitaurino declarado y lucharé con todas mis fuerzas para acabar con este espectáculo sangriento, pero lo haré desde el comportamiento más tolerante y respetuoso. No insultaré a nadie personalmente, y no pintaré el coche de algún taurino destacado con insultos ni amenazas, pero continuaré la lucha democrática y civilizada para intentar que esto se acabe.

 

Mis herramientas.

Las herramientas que tengo son pocas. En primer lugar la palabra.

Seguiré hablando y escribiendo contra las corridas de toros para intentar convencer a todos los que pueda, si es que acaso lo consigo con alguno, de que un espectáculo de tortura y sangre debe ser abolido por mucho que haya formado parte de nuestra cultura y nuestro arte. Seguiré defendiendo que en el siglo XXI este tipo de espectáculos basados en el sufrimiento deben terminarse.

Seguiré defendiendo que en ningún caso debe dedicarse dinero público a fomentar y mantener las corridas de toros, porque entre otras cosas todos sabemos que sin subvenciones públicas los toros desaparecerían en pocos años, porque los pocos espectadores que asisten a las corridas no son suficientes para mantener un espectáculo que necesita desesperadamente la inyección de dinero público, del dinero de nuestros impuestos, del dinero de todos. En este sentido conviene destacar que en una encuesta realizada en España el 1 de agosto de 2008 el 67,20% de los encuestados respondieron que no les interesaban nada las corridas de toros, el 21,40 que algo y sólo el 9,70 que mucho. Las corridas de toros son una afición minoritaria, muy minoritaria en España y esto debe quedar claro en la mente de todos.

En Colmenarejo seguimos dedicando decenas de millares de euros, en momentos de crisis y ajustes salariales, para que unas pocas centenas de personas, incluyendo eso sí a la Sra. Peces-Barba, puedan disfrutar de este sangriento espectáculo. Como mínimo que se paguen ellos ese aquelarre de sangre y tortura.

Y tengo también el voto. No vale mucho, es sólo uno, pero a lo mejor consigo convencer a algunos más de que este aspecto es importante a la hora de elegir, y de que puede ser un factor crucial a la hora de definir el voto. Desde luego va a ser difícil que apoye con mi voto ninguna lista en la que figure alguno de los que votaron a favor de la proposición.

Estas son las armas que tengo y desde el respeto a las personas y la máxima tolerancia reclamaré  que los partidos que se presenten a las próximas elecciones incluyan en sus programas de forma clara, sin dudas ni vueltas, su posición ante las corridas de toros, y en especial sobre su financiación con fondos públicos en Colmenarejo.

La verdad es que visto el descaro de los representantes actuales de algunos partidos políticos de Colmenarejo que incumplen sus programas con un cinismo sideral, puede que esto no valga para mucho, pero uno es optimista y piensa que siempre es posible que se produzca un milagro y que en nuestro pueblo aparezcan algunos políticos más que mantengan su palabra, cumplan sus promesas y no engañen a la gente como lo hacen unos cuantos de nuestros actuales munícipes

Respeto y tolerancia por supuesto, pero la lucha democrática y civilizada continúa.

Una exposición sobre los aspectos más crueles de las corridas de toros puede encontrarse pinchando aquí.


 

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Opiniones

Por: Juan Preciado - 12/01/2011

Me parece estupendo el post y coincido en todo. Los pueblos cultos y civilizados se caracterizan por el respeto a los animales, y son capaces de renunciar a antiguas tradiciones en aras del bienestar animal. Los ingleses nos han dado un ejemplo a seguir con la supresión de la caza del zorro, deporte de lo más tradicional, objeto de múltiples relatos y pinturas

Asi es

Por: M. Hernandez - 11/01/2011

No podia haberlo explicado mejor.Me considero una persona muy tolerante, y aunque no prohibiria los toros, si estoy totalmente de acuerdo con que no se sufraguen con dinero publico. La llamada Fiesta si tiene el apoyo popular que los taurinos mantienen, seguira funcionando con las recaudaciones de taquilla y derechos televisivos, si no, ella misma desaparecera por irrentable y falta de apoyo popular. En cuanto a lo que votaron los partidos y las explicaciones que dieron, solo vico e IU han demostrado coherencia con lo que dijeron en la campaña electoral. Lo tendremos en cuenta a la hora de votar.

¡Totalmente de acuerdo!

Por: Dolores - 08/01/2011

Estoy totalmente de acuerdo con lo expuesto en tu artículo. No más ferias taurinas con el dinero de todos. Propongo contar cuantas personas van a los toros en Colmenarejo y hacer cuentas de a cuanto nos sale el espectáculo.

Si señor!

Por: Begoña - 08/01/2011

Estoy totalmente de acuerdo con todo lo expresado en su artículo, es más, no cambiaría ni una sola coma. Felicidades por ello, creeo que expresa el sentimiento de muchas personas que nos avergonzamos ante "costumbres" o "tradiciones" así. Tengo 30 años, mi padre es taurino, he ido a los toros en muchas ocasiones, pero ha diferencia de él, mi forma de ver la vida, o mejor dicho, el concepto que tengo sobre ella desde todos sus aspectos, ya sea ésta humana o no, ha evolucionado con el paso de los años hacia el repeto, la tolerancia, pero sobretodo, la protección de todos los seres vivos, y en especial de los mas indefensos. Yo soy optimista y creeo que el futuro de los toros en este país está evocado a desaparecer, son muy pocos los jóvenes que acuden a las plazas o a espectáculos taurinos, aunque aún nos queda mucho camino por recorrer, lo conseguiremos!!! Un saludo Begoña

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